9 de octubre de 2024

Maturín News

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Madres denuncian que adolescentes detenidos tras el 28J han sido torturados con asfixias, golpes y descargas eléctricas

Madres y hermanas de ocho menores de edad detenidos arbitrariamente durante la escalada de represión que se ejecutó contra sectores populares, tras las elecciones presidenciales, denunciaron este viernes que los adolescentes han sido torturados con descargas eléctricas, mecanismos de asfixia y golpes.

«Los niños dicen que en Zona Siete (Petare) les pasaban corriente», denunció Theany Urbina, madre de Miguel Urbina, de 16 años, detenido el pasado 2 de agosto.

«Hay una cosa que llaman la capucha de cebollita, consiste en que le ponen una bolsa en la cara con gas lacrimógeno», añadió la madre del adolescente.

Los ocho jóvenes se encuentran actualmente detenidos en la Entidad de Atención Ciudad Caracas, ubicada en El Cementerio, y son acusados de «incitación al odio», «terrorismo» y, en algunos casos, de «hurto calificado».

Terror en los barrios

Cientos de allanamientos se registraron en sectores populares los días siguientes a los comicios, ejecutando deteniones arbitrarias sin contar con una orden judicial.

En el caso de Miguel Urbina las torturas infligidas tenían como objetivo que aceptara grabar un video para admitir las acusaciones en su contra. El joven, de acuerdo al relato de su madre, se negó.

El menor de edad había permanecido en cama desde el día de las elecciones por una amigdalitis; presentaba fiebre y no salió de su casa hasta el día de su detención.

«Lastimosamente salio el 2 de agosto a las 8 de la mañana a comerse una chuchería y lo agarraron. Dos policías llegaron, tumbaron la chuchería que se estaba comiendo, le cayeron a golpes y se lo llevaron», detalló la madre.

Ese mismo día, pero en horas de la tarde, fue detenido Diomer Gómez, de 17 años. Unas pocas semanas antes se había graduado de bachiller.

«Fue detenido dentro de la casa por funcionarios de la Policía Nacional, sin una orden de aprehensión» contó su hermana Dionexis García.

Sus familiares no lo vieron más hasta 12 días después. En los tribunales les han dicho que «hay que esperar» porque «esto es político». Hasta hoy no saben por qué está siendo acusado de «terrorista».

«No son delincuentes; tienen sueños, tienen metas», afirmó la hermana de Gómez, quien demandó su liberación inmediata: «Son niños que todavía juegan al escondite», agregó.

Con información de Monitoreamos

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