¡Esto se acabó! Comedores universitarios venezolanos en crisis

La Universidad Central de Venezuela (UCV) en Caracas, que había reabierto sus puertas en diciembre de 2022, sirvió su última comida a los estudiantes el pasado lunes 29 de enero. La institución había denunciado hace dos semanas que sus instalaciones fueron vulneradas y se robaron equipos de cocina.

Según una filtración del presupuesto nacional al medio de comunicación TalCual, se destinarán $138,8 millones para el Servicio Autónomo Oficinas Técnicas del Consejo Nacional de Universidades, lo que indica que no habrá muchos recursos para las academias este año.

La Federación de Centros Universitarios de la UCV (FCU) teme que se apruebe solo un 2 % del presupuesto universitario, como ha ocurrido desde 2014. En la última cena servida en el comedor de la UCV, se ofreció una ración pequeña de proteínas y una de carbohidratos, según denunció Inyer Bellorín, miembro de la FCU – UCV en sus redes sociales.

Bellorín, en el programa de radio de Aula Abierta en LuzRadio, expresó su preocupación por la mínima cantidad de comida que se estaba ofreciendo a los estudiantes. “Era una alita (de pollo) y unas 35 ‘pasticas’ (fideos)”, dijo. “Eso nos alerta más, porque la crisis socioeconómica que impacta a las universidades está llegando con más fuerza a los servicios estudiantiles”.

Bellorín reiteró que los comedores cumplen una función social y nutricional y denunció que el Ministerio de Educación Superior no ha atendido su denuncia ni la de otras casas de estudio. “El Ministerio no nos dio respuesta. Dicen que tienen ‘en construcción’ una propuesta para la comunidad universitaria, pero no han informado nada”, dijo.

Por otra parte, Virgilio Castillo, candidato a rector de la Universidad de Los Andes (ULA), reiteró que la falta de alimentos en las universidades públicas venezolanas proviene de la emergencia humanitaria compleja que atraviesa Venezuela desde 2014 y las restricciones políticas y administrativas que tiene el Poder Judicial venezolano desde 2016.

Castillo celebró que se celebrarán elecciones en la ULA, ya que “vamos para los 16 años que no tenemos unas elecciones”. Sin embargo, advirtió que, si no se reactivan las universidades, las economías locales del interior del país corren más riesgos.

“Esta es una ciudad donde la universidad está en cada rincón y es el principal motor económico y social. Prácticamente, la ULA es toda la ciudad de Mérida, y su población tiene algún vínculo con la academia. Por ello es que cuando la universidad colapsó por la crisis, la ciudad también se derrumbó”, dijo Castillo.

Las denuncias sobre el acceso a la alimentación y el bienestar económico de las universidades venezolanas surgen en medio de la visita del relator de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre el derecho a la alimentación, Michael Fakhri, del 1 al 14 de febrero de 2024 para evaluar la situación en el país.