En el corazón de Maturín, los comerciantes se encuentran en una situación crítica debido a los constantes apagones que afectan la operatividad diaria de sus negocios.
Los prolongados cortes eléctricos no solo interrumpen la actividad comercial, sino que también generan serias afectaciones en equipos y dañando productos que requieren refrigeración. Esta problemática ha llevado a muchos emprendedores a solicitar la intervención urgente de Corpoelec, la empresa responsable del suministro eléctrico en la región.
Disminución de ventas
La situación se ha vuelto insostenible. Douglas Marín, encargado de una reconocida venta de comida, afirma que “las ventas han bajado en un 20% desde que comenzaron los apagones”.
Este descenso en las ventas tiene un efecto en cadena, afectando no solo a los propietarios, sino también a sus empleados y a la economía de la comunidad en general.
“Estamos cansados de afrontar esta realidad; ya no sabemos cómo sobrevivir en estas condiciones”, agregó Gilberto Ramírez, otro comerciante del centro.
Tarifas elevadas y falta de alternativas
Los comerciantes están frustrados, no solo por los cortes eléctricos, sino también por las altas tarifas que deben pagar por un servicio que frecuentemente no reciben.
La mayoría de ellos no cuenta con plantas eléctricas, lo que hace que dependan completamente del suministro de la red pública.
“Es indignante pagar por un servicio que no se proporciona de manera continua y adecuada”, puntualizó Ramírez.
La falta de soluciones alternativas agrava aún más la angustia de los empresarios de Maturín.
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