Pese a que la energía eléctrica es indispensable para mejorar el bienestar de la sociedad y el crecimiento económico, desde que inició el 2024, las fallas en el servicio se agudizaron en la zona metropolitana del estado Anzoátegui, causando mayor malestar en la población.
Y es que, no basta con que se corte la electricidad, sino que ocurre hasta varias veces al día sin notificación oficial, ni límite de tiempo. Al menos así coincidieron la mayoría de los consultados.
“Es horrible no saber cuándo se va a ir la luz y por cuánto tiempo. Mi hija (de dos años) se pone de mal humor, irritable, por el calor fuerte que suele hacer. Gracias a Dios tenemos un patio y de día, colgamos un chinchorro para mecer. También me toca meterla varias veces, por ratos, en una bañera con agua, para distraerla por el calor”, expresó Yineth Araguatamay, residente del sector La Ponderosa de Barcelona.
Sin embargo, la madre aseguró que cuando se quedan sin electricidad de noche la situación empeora porque por la proliferación de zancudos, le toca estar dentro de la vivienda, donde no tiene mucha ventilación.
“Es imposible dormir así, tengo que echarle aire con un abanico o un cartoncito a la bebé para que trate de descansar. Es horrible porque los cortes no son programados, se va la luz varias veces al día”.
Por lo menos en su comunidad contabilizó, del 30 de abril al 2 de mayo, seis suspensiones del servicio. Detalló que nada más el primer día ocurrieron tres cortes, uno de cinco horas y el resto por lapsos de 45 minutos.
Angustia
Para Mayersi Guarache, madre de un niño de cuatro años, abuela de una bebé de siete meses e hija de una septuagenaria que tiene antecedentes de accidente cerebrovascular (ACV), es una angustia cada vez que les suspenden el servicio en Portugal Abajo, también en la capital anzoatiguense.
“Cuando se va uno dice, vermo a qué hora irá a venir, porque no hay quién le diga algo a uno. Aquí se va bastante, como tres veces al día, uno corre a desconectar todo porque hace tiempo a mí se me quemó un aire acondicionado teniendo su protector”.
Manifestó que el malestar más fuerte lo sufren los más pequeños de la casa y su mamá, los cuales se convierten en más vulnerables por el calor y los zancudos a los que se deben enfrentar, ya que por el patio de la vivienda pasa un arroyo, al cual actualmente, le hacen mantenimiento y por ende, se alborotan los mosquitos.
“Al niño el calor lo desespera, a mi mamá la acelera también y puede repetirle el ACV; y a la bebé se la comen completica las plagas porque es alérgica, se le ponen unos rosetones feos, la pediatra recomendó que le colocaran off (repelente), pero imagínese, cuesta como $10. Ellos no duermen. Cuando se va la luz tenemos que estar con un cartoncito echándole aire a la bebé o el papá prende la moto y le pone la luz para que las plagas no la molesten tanto, porque hasta con mosquitero se la comen”.
Aunado a esto, Guarache aseguró que las fallas eléctricas perjudican hasta la alimentación de la lactante, porque no pueden hacer uso de la licuadora.
Noche
Similar panorama comentó que vive Darsy Mejías, quien tiene una niña de 21 días de nacida, cuando se les va luz, especialmente de noche, en Guamachito, comunidad capitalina.
“Casi todos los días, entre las 8:00 pm y 10:00 pm se va por hasta cuatro o cinco horas la luz y uno no descansa, echándole aire a la bebé con cualquier cosa, porque está más vulnerable a los zancudos y sin poder echarle algo de repelente, por lo chiquita que está”, expresó Mejías.
Su suegro Dagoberto Deceda, de 71 años, quien ha sufrido cuatro ACV, también se ve afectado por esta situación. Para paliar, dijo que tiene que bañarse con frecuencia con el agua que almacenan en tanque porque sin la bomba, que funciona con corriente, es difícil abastecerse por tubería.
En Bello Monte de Puerto La Cruz, el servicio eléctrico también suelen suspenderlo, en su mayoría, en el horario nocturno.
Lee el reporte completo en El Tiempo
Periodista. Licenciado en Comunicación Social, Locutor y Productor Nacional Independiente 28.097
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