Al lado de la escuela Vicente Salias de Marturín, ubicada en la avenida Bolívar, se observa un preocupante desborde de aguas servidas que lleva aproximadamente un año sin ser solucionado.
Asimismo, esta situación ha generado una serie de inconvenientes tanto para los transeúntes como para los estudiantes que asisten a las instituciones cercanas.

María González, una ciudadana que transita con frecuencia por ese lugar, expresó su preocupación por los fuertes olores que emanan de las aguas estancadas. Estos olores desagradables no solo afectan el entorno, sino que también podrían tener un impacto negativo en la salud de los niños y niñas que estudian en las instituciones cercanas.
Por su parte, los comercios cercanos también se ven afectados por el desborde de aguas servidas, lo cual genera olores desagradables y una apariencia poco higiénica en el área. Esto dificulta atraer y mantener a los clientes, impactando negativamente en la economía local.
Redacción: Ninoska Cova// Maturín News